Thursday, August 27, 2009
Iconos de la geografía latinoamericana
México pirámide por su simbólica presencia cultural mesoamericana; semejanza topográfica al país en relieve / cornucopia por su semejanza al mapa bidimensional; símbolo de la abundancia del país (en varios sentidos)
Centroamérica volcán por la presencia volcánica en casi todas las naciones del istmo / plátano por la forma del istmo y el papel protagónico de su cultivo en la zona
Cuba lagarto por su forma en el mapa, basado en el poema de Nicolás Guillén con su verso del "largo lagarto verde"
Haití, República Dominicana puños en oposición por su forma en el mapa, compartiendo la isla de La Española, y por su historia de agresiones mutuas
Puerto Rico cofre de tesoro por la riqueza implícita en su nombre y por su forma casi rectangular
Venezuela corona por ocupar la corona de Sudamérica en el mapa; por la corona de estrellas en su bandera; por la "industria" del certamen Miss Universo (6 ganadoras desde 1971)
Colombia espiral por su forma en el mapa; por recordar las imágenes de novelas colombianas La vorágine y Cien años de soledad (la tormenta al final)
Ecuador bola de helado por el frío de las alturas andinas, derritiéndose hacia el este con el declive hacia el calor de la selva amazónica, sugiriendo la falta del cono que acompaña el helado, que sería un territorio de forma cónica hacia el este, fuera de su territorio actual, que Ecuador reclamaba
Perú cabeza de cóndor por su parecido en el mapa (con su pico hacia el noreste) y por representar de esa manera uno de los máximos símbolos espirituales de varias culturas andinas, incluyendo a los incas
Bolivia corazón por su ubicación central y la expresión popular, "corazón de Sudamérica"
Chile termómetro por su semejanza bidimensional; porque la gama de sus climas refleja los cambios en el mercurio, desde el frío de la zona sureña hasta el calor del desierto de Atacama en el norte; por ser El Mercurio el nombre del diario principal de la nación
Paraguay cancha de fútbol por la popularidad del deporte y por asemejar el país los dos lados, divididos por el Río Paraguay, de una cancha de futból en un momento de acción en el lado oriental, donde está la gran mayoría de la población
Argentina bombacha el pantalón suelto típico de los gauchos, por su forma en el mapa y por representar el gaucho, como del célebre poema Martín Fierro, símbolo de lo argentino
Uruguay cuña de queso por su creación como estado-tapón literal entre Brasil y Argentina; por evocar la gran población de ganado
Brasil piraña por su semejanza a la imagen cuando visto desde el norte en el mapa; por evocar el acto de devorar, acto clave simbólico en el concepto artístico de Oswald de Andrade, la antropofagia / amuleto por sugerir la forma de un muiraquitã amazónico o una figa afro-brasileña
Tuesday, August 18, 2009
Xalapeños Ilustres
This is a silva (verses of seven or eleven syllables at the poet's discretion) about one of the main thoroughfares in Xalapa, a city of fond memories for me.
Los colores tenues se desempañan
en el amanecer,
y a lo lejos se empieza a ver el tope
del Cofre de Perote
cual yunque entre vapores.
Si quisiera, me detendría aquí,
peatón solitario,
con el Callejón de Jesús Te Ampare,
cauce abierto, cuesta abajo, a mis pies,
relámpago de piedra,
resbaladilla cavada de niebla,
la tarjeta postal
de tonos coloridos
de un México que ya no se nos fue.
Prosigo más allá,
hacia alguna tienda de artesanías,
con unas figurillas de cerámica
que resplandecen desde las vitrinas,
sarapes, piezas de ónix,
canastas, títeres y cinturones.
Más abajo, abundan las librerías,
voces de la Atenas Veracruzana,
sus conversaciones empaginadas,
xilografías y fotografías,
entre estantes y cajas.
La calle se desemboca en el centro,
fondas, tiendas, cafés,
y veo, ahora sí,
el destino y nombre de esta avenida:
caminando por aquí y por allá,
solemnes, festejeros, cotidianos,
los ilustres oriundos
(algunos más que otros)
de la alta capital de Veracruz.
Friday, August 14, 2009
Mi corazón deshecho
Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,
como en tu rostro y tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba;
y Amor, que mis intentos ayudaba,
venció lo que imposible parecía:
pues entre el llanto, que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.
Baste ya de rigores, mi bien, baste;
no te atormenten más celos tiranos,
ni el vil recelo te quietud contraste
con sombras necias, con indicios vanos,
pues ya en líqudo humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos.
Tuesday, August 11, 2009
Como Cultivar a Malícia
acontece o habitual:
a chatice.
A gente precisa de sacodir,
um pouco
ou mesmo de jeito descomunal,
a previsível visita do sorriso.
Entra o mistério, o comentário enigmático,
e suas conseqüências:
a fraca fe,
a indisposição malsã,
o férreo desejo de ferir
com os gestos, com as palavras.
E depóis, só depóis,
a indiferença.
Tomara que o caminho de volta
seja tão fácil
quanto à chegada
na malícia.
Tuesday, August 4, 2009
Depoimento da Iara
This brief narrative sprang from a dream. The iara, a mermaid-like figure in Brazilian folklore, has been summoned to the precinct...
Entrou no meu escritório se arrastando pelas mãos, e trepou na mesa com dificuldade para se sentar. Não deixei me perturbar pela nudez natural dela: assim é a imagem arquetípica por ela mantida. Só senti um pouco de lástima porque não pôde acomodar a cauda na rigidez da cadeirinha de metal. As duas pontas da cauda pingavam água pelo chão.
Ofereci um cafezinho e não aceitou.
“Não vou falar,” disse ela, e sua voz foi uma e foi múltipla. “Vou cantar,” acrescentou, como quem emana melodias.
“Tanto faz,” respondi.
Principiou cantando. A voz não saia da boca dela, ou não somente da boca, saia também dos profundos olhos verdeazuis; dos cabelos longos verdeamarelos, desarrumados e agitados; dos mamilos, concêntricos nos seios fartos; das unhas dos dedos extendidos sobre a mesa.
O canto começou meigo. Pude entender, sem compreender totalmente o idioma líquido-musical, alguma mensagem tranqüila mas movimentada, como surpreendida de aparecer à luz do sol. Porém cresceu em volume, e entanto descia a voz dela ao fundo náufrago, toda ela se enchia de luminosidade, os olhos transformados em faróis fosforescentes; os cabelos flotando no ar; os seios, cheios da maré, se derramando nos bicos erigidos; as ancas esquivas gingando um vaivém náutico.
Eu, não falta dizer, fiquei transfigurado. De supetão entendi a paciência milenária do jacaré, palpei a força sinuosa da cobra pelas ondas do Amazonas, percebi a repentina coreografia dentuda das piranhas. Senti que me afogava numa iluminação aquática, hipnotizado pela voz dos cabelos dos olhos dos seios dos lábios dos braços fluidos da iara, que foi uma, como seréia, e legião, como deusa.
Senti uma volúpia tal...
Ah, mas quando ela alegou que quem seqüestrou o rapaz foi o boto, achei uma mentirinha ridícula, sem graça.
Tirei as algemas da gaveta.
Alarmada, ficou calada e produziu um muiraquitã do tamanho do meu punho, pendurado num colar de couro. Tentou colocá-lo no meu peito.
“Não aceito subornos,” falei.
E o amuleto desfez-se num sapo que pulou da mesa. Mas quando tocou o chão, se converteu no rapaz seqüestrado.
Agora a iara, esquálida e pálida, ficou triste, desajeitada.
O rapaz dizia que não queria abandoná-la, que queria morar com ela no Encante de noite, e com os pais dele de dia.
Eu, que sou sobrinho do saci, sei dessas coisas. Então permiti que saissem sem processos e sem multas.
E me fui à casa, assobiando os tênues ecos lembrados do canto da iara.