¿Angeles de nieve? ¡Angeles de nieve!
Dios mío, ¿qué diablos son
los ángeles de nieve?
¿Son como aquellos hombres de nieve,
hechos bolas, que vi en pantalla?
No, hijo mío. El angel de nieve
lo haces bien acostadito en la nieve,
viendo hacia el cielo,
y moviéndote las extremidades
como el vitruviano desvestido de Da Vinci,
como el náufrago enamorado de Neruda.
Esos artistas entendieron que el angel
es la impresión que dejas
sobre la faz de la tierra.
Mide el tamaño de tu alcance
y el tiempo de tu aguante.
Cuando sale el sol, se derrite la imagen
pero no el recuerdo de tu impresión,
de tus capacidades y de tus anhelos alados.
¡El frío que haría, Dios mío!
¡Angeles de arena, ángeles de arena!
Aquí en los trópicos: ¿se puede?
Sí, hijo, también. Sí se puede.
(Este poema, encomendado por Luis Moreno, aparece también en su blog de poesía de ángeles.)
(Este poema, encomendado por Luis Moreno, aparece también en su blog de poesía de ángeles.)
No comments:
Post a Comment